Comentando algunas cuestiones de aerodinámica
con Hermenegildo Baylos, Director Técnico de la Federación Española de
Automovilismo, me ha contado un método que tradicionalmente se ha utilizado en
competición hasta la implantación de los túneles de viento.
Se trata de pegar unos cuantos hilos de lana
de colores de unos 15 cm. de largo a lo largo del vehículo o el mono del piloto
y bajar en un tramo mientras grabamos el descenso desde un coche en marcha con
una videocámara o cámara de fotos.
De esta manera podemos ver las ondulaciones de
las hebras: si son suaves y acompasadas, el aire fluye de manera correcta (
flujo laminar ), mientras que si se producen fuertes “latigazos” el flujo de
aire es turbulento, generando pequeños “remolinos”.
Además, es muy fácil ver la dirección que toma el aire en cada punto.
Desde luego, no esperemos calcular el Cx de
nuestro vehículo de esta manera, pero seguro que podremos darnos cuento de en
qué zonas funciona mejor o peor nuestra aeordinámica. Comentan los entendidos que funciona razonablemente bien. Y a un coste cero…
¡ Abuela ! ¿ No tenías por ahí un ovillo de
lana… ?